Sobre Stop

El Taller de Defensa Personal Integral para Mujeres- 2009 elaborado por el grupo STOP surge de la observación de varios de sus integrantes de la violencia que han vivido un cierto número de mujeres cercanas a ellos y da cuenta de un problema que se presenta en su entorno: la violencia física hacia mujeres en campos de convivencia común como lo son la familia, la escuela, el trabajo, la pareja, entre otros.

Lo anterior sirve de base para la reflexión de un problema que atañe a la sociedad mexicana y en especial en el Distrito Federal un problema en el cual la mayoría de las mujeres en nuestro país han sido víctima. En la actualidad, la violencia y la delincuencia en la Ciudad de México se ha convertido en dos constantes que atentan contra la seguridad e integridad de sus habitantes. Sólo por dar una idea, de acuerdo a la Encuesta Internacional sobre Criminalidad y victimización (ENICRIV1, por su acrónimo en inglés) México tuvo la tasa más alta de robos cometidos con violencia, en nuestro país 30% de los robos con violencia fueron cometidos con arma de fuego. En el 39% de los robos con violencia perpetrados en las ciudades estuvo presente un arma (en uno de cada dos un arma blanca, y en uno de cada cuatro un arma de fuego.

En el análisis del problema se pudo notar que la violencia contra las mujeres es un hecho común y recurrente en nuestra sociedad y que era necesario actuar desde lo particular hacia lo general. Con lo anterior, se subraya que las mujeres –consideradas como un grupo vulnerable de la sociedad que es más propenso a vivir este tipo de actos contra su integridad- junto con ésta situación de inseguridad a llevado a la sociedad a tomar medidas de tipo individual.

Utilizando las herramientas obtenidas por formación académica de los integrantes del grupo y conocimientos de la disciplina del Tae Kwon Do nos percatamos, en un primer nivel, de que la defensa personal podría funcional como un paliativo ante la violencia hacia la mujer vivida en pareja, el hogar y algunos otros espacios comunes, así como de prevención en situaciones de riesgo; sin embargo, el uso único de la técnica marcial como medio para solucionar el problema es insuficiente.

Visto lo anterior, nos percatamos que los cursos en academias de artes marciales exclusivamente proveen a la mujer de la propia técnica marcial, de manera que apoye en materia de autoprotección pero no de auto reflexión; dejando de lado la parte humana y social que el problema pudiese traer consigo y la sensibilidad que este requiere. Dados estos hechos, se vio la necesidad de integrar elementos que afronten el problema desde un punto nodal, es decir, desde un perspectiva social del por qué se da este problema.

En este sentido, además del aprendizaje de la técnica para la defensa personal, se han tratado de integrar elementos (dinámicas) que aborden el problema desde una perspectiva de género, equidad de género, de los derechos humanos, desde la psicología y otras disciplinas académicas. Con esto se pretende dotar a la participante de herramientas que le permitan tomar conciencia del problema y sus efectos para ella y su entorno.